Katolička Biblija
 

Daniel, 14

39. Luego se levantó y se puso a comer, mientras el ángel del Señor volvía a llevar a Habacuc a su lugar.

Stihovi vezani uz Daniel, 14:

El Capítulo 14 de Daniel es un apéndice que se encuentra en algunas versiones de la Biblia que cuenta la historia de un joven profeta llamado Habacuc, quien fue tomado por el ángel de Dios para alimentar a Daniel en la tumba de los leones. En este capítulo, Habacuc es retratado como un hombre de gran fe y coraje, que está dispuesto a arriesgar su vida para obedecer la voluntad de Dios. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas cubiertos en Daniel 14:

Hechos 5:29: "Entonces Peter y los otros apóstoles respondieron y dijeron, más importante para obedecer a Dios que a los hombres". Este versículo destaca la importancia de seguir la voluntad de Dios, incluso cuando va en contra de la voluntad o los deseos de los hombres.

1 Corintios 16:13: "Mira, sé firme en la fe; te comportas varinamente y te fortaleces". Este pasaje insta a los cristianos a permanecer firmes en la fe, incluso frente a las adversidades o tentaciones.

Romanos 1:17: "Porque en él se descubre la justicia de Dios de la fe en la fe, como está escrito, pero los justos vivirán de la fe". Este versículo destaca la importancia de la fe en Dios como un medio para lograr la justicia y la salvación.

Santiago 2:14: "Mis hermanos, ¿quién aprovechan si alguien dice que tiene fe y no tiene las obras? ¿Puede la fe salvarlo?" Este pasaje enfatiza la importancia de tener una fe activa, que se manifiesta en acciones concretas y buenas obras.

Hebreos 11:6: "Ahora, sin fe es imposible complacerlo, porque es necesario que el que se acerca a Dios cree que existe y es un gratificante de quienes lo buscan". Este versículo destaca la importancia de la fe como un medio para acercarse a Dios y complacerlo.





“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina