pronađen 829 Rezultati za: Tesoro del Templo

  • El año cuarto, el mes de ziv, se echaron los cimientos del templo del Señor; (I Reyes 6, 37)

  • El atrio grande tenía en derredor tres órdenes de piedras, talladas a escuadra, y uno de vigas de cedro; y lo mismo el atrio interno del templo del Señor y el atrio del palacio. (I Reyes 7, 12)

  • Colocó cinco basas al lado derecho del templo y cinco al lado izquierdo, y la pila la puso al lado derecho del edificio, al sudeste. (I Reyes 7, 39)

  • Jirán hizo también los calderos, palas y aspersorios. Así terminó Jirán de hacer toda la obra que llevó a cabo para el rey Salomón en el templo del Señor: (I Reyes 7, 40)

  • los calderos, las palas y los aspersorios. Todos estos utensilios que Jirán hizo al rey para el templo del Señor eran de bronce bruñido. (I Reyes 7, 45)

  • Salomón hizo todos los demás utensilios del templo del Señor: el altar de oro; la mesa de oro, sobre la que se ponían los panes de la proposición; (I Reyes 7, 48)

  • Cuando se terminaron todas las obras que el rey Salomón mandó hacer en el templo llevó todos los objetos que su padre, David, había dedicado al Señor: la plata, el oro, los utensilios, y los depositó en el tesoro del templo del Señor. (I Reyes 7, 51)

  • Los sacerdotes pusieron el arca de la alianza del Señor en el lugar santísimo del templo, bajo las alas de los querubines, (I Reyes 8, 6)

  • Mientras los sacerdotes salían del santuario, una nube llenó el templo del Señor, (I Reyes 8, 10)

  • de modo que los sacerdotes no pudieron continuar su servicio a causa de la nube, pues la gloria del Señor había llenado el templo. (I Reyes 8, 11)

  • Desde el día que saqué a mi pueblo de Egipto, no he escogido ninguna ciudad de entre las tribus de Israel para que se me construyera en ella un templo a mi nombre, sino que elegí a David para que estuviese al frente de mi pueblo Israel. (I Reyes 8, 16)

  • Ahora bien, mi padre David quiso construir un templo en honor del Señor, Dios de Israel. (I Reyes 8, 17)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina