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  • Simón dispuso que este día se celebrara cada año jubilosamente. Luego fortificó la montaña del Templo a lo largo de la Ciudadela y se estableció allí con los suyos. (I Macabeos 13, 52)

  • Repartió numerosos cautivos; conquistó Gázara, Betsur y la Ciudadela, y las purificó de toda impureza, sin encontrar ninguna resistencia. (I Macabeos 14, 7)

  • En su tiempo y bajo su conducción, se logró expulsar a los extranjeros del país, en especial, a los que se encontraban en la Ciudad de David, en Jerusalén. Allí habían construido una Ciudadela, de la que salían para profanar los alrededores del Santuario causando graves ultrajes a su santidad. (I Macabeos 14, 36)

  • Además, le envió a Atenobio, uno de sus Amigos, para transmitirle el siguiente mensaje: "Ustedes ocupan Jope, Gázara y la Ciudadela de Jerusalén, que son ciudades de mi reino. (I Macabeos 15, 28)

  • Las tropas de Macabeo, enardecidas por la victoria, sitiaron la ciudadela durante cuatro días. (II Macabeos 10, 33)

  • Al llegar allí, convocó a sus compatriotas y a los sacerdotes, se puso delante del altar y mandó buscar a los de la Ciudadela. (II Macabeos 15, 31)

  • Judas mandó colgar de la Ciudadela la cabeza de Nicanor, como un signo manifiesto y visible a todos de la protección del Señor. (II Macabeos 15, 35)

  • Un hermano ofendido es más irreductible que una plaza fuerte, y los litigios son como cerrojo de ciudadela. (Proverbios 18, 19)

  • Has hecho de la ciudad un montón de escombros, de la ciudad fortificada, una ruina. La ciudadela enemiga ya no es una ciudad, nunca más será reconstruida. (Isaías 25, 2)

  • Sí, la ciudadela ha quedado desierta y la ciudad tumultuosa, abandonada. Ofel y la Torre de guardia serán madrigueras para siempre, delicia de los asnos salvajes, pastizal para los rebaños... (Isaías 32, 14)

  • Para Moab. Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ¡Ay de Nebo, porque ha sido devastada! ¡Ha sido tomada Quiriataim, la ciudadela está humillada y deshecha! (Jeremías 48, 1)

  • En esa visión, yo estaba mirando; y mientras miraba, estaba en Susa, la ciudadela que está en la provincia de Elám. En esa visión, yo estaba mirando, y me encontraba junto al río Ulai. (Daniel 8, 2)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina