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  • Si causó la muerte del otro sin intención de matarlo, solamente porque Yavé dispuso así el accidente, tendrá que refugiarse en el lugar que yo te señalaré. (Exodo 21, 13)

  • El que le pegue a su padre o a su madre, muera sin remedio. (Exodo 21, 15)

  • El que rapte a una persona, la haya vendido o esté en su posesión, muera sin remedio. (Exodo 21, 16)

  • El que maldiga o trate sin respeto a su padre o su madre morirá. (Exodo 21, 17)

  • Si dos hombres se pelean y uno hiere al otro con una piedra o con el puño, pero no muere, sino que, después de guardar cama, (Exodo 21, 18)

  • Si unos hombres, en el curso de una pelea, dan un golpe a una mujer embarazada provocándole un aborto, sin que muera la mujer, serán multados conforme a lo que imponga el marido ante los jueces. (Exodo 21, 22)

  • Si alguien pasa a su prójimo, para que se lo guarde, un burro, buey u oveja, o cualquier otro animal, y éste muere, sufre algún daño o es robado sin que nadie lo vea, (Exodo 22, 9)

  • Sean para mí como personas consagradas: ustedes no comerán de la carne que haya sido destrozada por animales en el campo, sino que se la darán a los perros. (Exodo 22, 30)

  • Si ves caído con la carga al burro del que te quiere mal, no pases de largo, sino ayúdalo a levantarlo. (Exodo 23, 5)

  • La celebración de la fiesta de los Azimos será de siete días. Comerás panes sin levadura, como te tengo mandado, en el mes de Abib (de la primavera), el mes en que saliste de Egipto. Ustedes no se presentarán delante de mí con las manos vacías. (Exodo 23, 15)

  • Dios no dejó que su poder aplastara a los que había elegido, sino que vieron a Dios; luego comieron y bebieron. (Exodo 24, 11)

  • La Gloria de Yavé estaba bajando sobre el Sinaí, y la nube lo envolvió durante seis días. Al séptimo día, El llamó a Moisés de en medio de la nube. (Exodo 24, 16)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina