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Reconstruirán las viejas ruinas, levantarán de nuevo los edificios caídos del pasado, restaurarán las ciudades en ruinas, las construcciones que permanecen por siglos destruidas. (Isaías 61, 4)
Nuestro templo, santo y magnífico, en que te rezaban nuestros abuelos, ha sido consumido por el fuego; todo lo que nos hacía felices está ahora en ruinas. (Isaías 64, 10)
«Miqueas de Morasti, que profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, dijo también públicamente: «Sión llegará a ser un campo arado, Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas, el cerro de la Casa de Yavé no será más que una colina abandonada.» (Jeremías 26, 18)
No les presten atención, sino que obedezcan al rey de Babilonia y vivirán; pues, ¿quieren que esta ciudad se convierta en un montón de ruinas? (Jeremías 27, 17)
Yavé lo asegura: Volverán los cautivos a las carpas de Jacob, pues me compadeceré de estas moradas; la ciudad será reedificada sobre sus ruinas, y el fuerte se levantará en su antiguo lugar. (Jeremías 30, 18)
Pues ahora les doy una orden para que vuelvan. Atacarán esta ciudad y la tomarán para pegarle fuego. Y de de las ciudades de Judá no quedarán más que ruinas solitarias.» (Jeremías 34, 22)
Así dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel. Ustedes han presenciado todas las desgracias que sufrieron Jerusalén y todas las ciudades de Judá, que hoy no son más que un montón de ruinas abandonadas. (Jeremías 44, 2)
Entonces mi furor y mi cólera estallaron y quemaron las ciudades de Judá y los barrios de Jerusalén reduciéndolas a un montón de ruinas abandonadas, como lo están hoy en día. (Jeremías 44, 6)
Prepara tu equipaje de desterrada, hija de Egipto, que vives tan cómodamente. Nof será reducida a un desierto, a un montón de ruinas abandonadas. (Jeremías 46, 19)
Pues yo lo juré por mí mismo -dice Yavé-: Bosra quedará convertida en un desierto espantoso, infame y maldito, y todas sus ciudades no serán, en adelante, más que un montón de ruinas. (Jeremías 49, 13)
ni tampoco buscarán piedras para volver a edificarte. Serás un montón de ruinas para siempre, porque así lo ha dicho Yavé. (Jeremías 51, 26)
Te convertiré en ruinas en medio de las naciones que te rodean y en motivo de risa para todos los que pasen. (Ezequiel 5, 14)
