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  • El año primero del reinado de Belsasar en Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su mente mientras dormía. En cuanto despertó, puso el sueño por escrito. Comienzo de la relación: (Daniel 7, 1)

  • El año tercero del reinado del rey Belsasar, yo Daniel, tuve una visión después de la anterior. (Daniel 8, 1)

  • En el primer año del reinado de Darío, hijo de Asuero, de la raza de los medos y rey de Caldea, (Daniel 9, 1)

  • El tercer año del reinado de Ciro, rey de Persia, Dios entregó un mensaje a Daniel, por sobrenombre Beltsasar. Este mensaje hablaba de fidelidad y de gran angustia. Daniel se fijó en estas palabras y prestó atención a la siguiente visión. (Daniel 10, 1)

  • En el segundo año del reinado de Darío, el primer día del sexto mes, la palabra de Yavé fue dirigida por medio del profeta Ageo a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, para que les dijera: (Ageo 1, 1)

  • En el octavo mes del segundo año del reinado de Darío, una palabra de Yavé llegó al profeta Zacarías, hijo de Ido: (Zacarías 1, 1)

  • El día cuatro del noveno mes del cuarto año de reinado del rey Darío, Yavé volvió a hablar a Zacarías. (Zacarías 7, 1)

  • Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén (Evangelio según San Mateo 2, 1)

  • gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.» (Evangelio según San Lucas 1, 33)

  • Era el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato era gobernador de Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Filipo en Iturea y Traconítide, y Lisanias en Abilene; (Evangelio según San Lucas 3, 1)

  • Jesús contestó: «Mi realeza no procede de este mundo. Si fuera rey como los de este mundo, mis guardias habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reinado no es de acá.» (Evangelio según San Juan 18, 36)

  • Y del mismo modo que el pecado estableció su reinado de muerte, así también debía reinar la gracia y, después de restablecernos en la amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor. (Carta a los Romanos 5, 21)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina