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  • Su proceder fue muy abominable, ya que seguía a los repugnantes ídolos, igual que los amorreos, a quienes Yavé quitó el país para dárselo a Israel. (1 Reyes 21, 26)

  • Todos éstos, junto con los jefes, sus hermanos, se comprometen por juramento a proceder conforme a la Ley de Dios, promulgada por medio de Moisés, siervo de Dios, y a guardar y cumplir todos los preceptos de Yavé, Dios nuestro, y sus normas y leyes. (Nehemías 10, 30)

  • Miren que les enseño el proceder de Dios y no les oculto sus pensamientos. (Job 27, 11)

  • Mi Dios, su proceder es perfecto, y su palabra es a toda prueba. El es un escudo para cualquiera que se acoja a él. (Salmos 18, 31)

  • Nada tendré en vista que pueda ser malvado. Odio el proceder de los extraviados, no permitiré que se me pegue. (Salmos 101, 3)

  • En el día señalado para proceder a hacer el inventario, reinaba en toda la ciudad una gran conmoción. (2 Macabeos 3, 14)

  • Así habla Yavé, Dios de Israel: Mejoren su proceder y sus obras, y yo me quedaré con ustedes en este lugar. (Jeremías 7, 3)

  • Más bien mejoren su proceder y sus obras y hagan justicia a todos. (Jeremías 7, 5)

  • Así habla Yavé: «No se acostumbren al proceder de los paganos ni teman las señales del cielo, aunque a ellos los asusten. (Jeremías 10, 2)

  • Mas ellos cambian su proceder, dejando la maldad que yo denunciaba. Entonces, yo también cambio mis proyectos y ya no les quiero causar ningún mal. (Jeremías 18, 8)

  • Pues bien, oigan lo que dice Yavé a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: Sepan que yo estoy preparando contra ustedes una desgracia. Arrepiéntanse cada uno de su mal proceder, y mejoren su conducta y sus obras.» (Jeremías 18, 11)

  • Tú no seguiste a medias sus caminos para cometer el crimen, sino que te mostraste más desvergonzada que ellas en todo tu mal proceder. (Ezequiel 16, 47)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina