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  • No olvidó ninguna palabra de cuantas escribió Moisés. Las leyó en voz alta delante de la asamblea de todo Israel, incluso las mujeres, niños y extranjeros que vivían entre ellos. (Josué 8, 35)

  • En cuanto te separes de mí encontrarás a dos hombres junto a la tumba de Raquel, en la frontera de Benjamín, y ellos te dirán: Las burras que andabas buscando ya las hallaron. Fíjate que tu padre ya se olvidó de ellas y ahora está muy preocupado por lo que les haya podido pasar a ustedes. (1 Samuel 10, 2)

  • No me olvido, oh Dios, de mis promesas, te ofreceré sacrificios para darte gracias, (Salmos 56, 13)

  • ¿Admirarán tus maravillas en lo oscuro, y tu justicia en la tierra del olvido? (Salmos 88, 13)

  • como hierba segada, mi corazón se seca y hasta me olvido de comer mi pan; (Salmos 102, 5)

  • Expongo mi vida a cada instante, pero jamás me olvido de tu ley. (Salmos 119, 109)

  • Aunque soy poca cosa y despreciable, no me olvido de tus ordenanzas. (Salmos 119, 141)

  • ¡Si me olvido de ti, Jerusalén, que mi derecha se olvide de mí! (Salmos 137, 5)

  • Fue muy grande la alegría del pueblo; y así echaron al olvido la profanación del Templo por los paganos. (1 Macabeos 4, 58)

  • se olvidó de sus promesas y cambió de actitud con Jonatán. No lo trató con la benevolencia que éste le había tenido, sino que comenzó a portarse muy duro con él. (1 Macabeos 11, 53)

  • confusión en la gente buena, olvido de los favores, escándalos, prácticas antinaturales, desórdenes en el matrimonio, adulterio, libertinaje. (Sabiduría 14, 26)

  • Pensaban esconderse junto con sus pecados bajo el velo del olvido, pero fueron dispersados, sometidos a terribles horrores, aterrorizados por fantasmas. (Sabiduría 17, 3)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina