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  • En seguida levantó los ojos al cielo, suspiró y dijo: «Effetá», que quiere decir: «Abrete. » (Evangelio según San Marcos 7, 34)

  • Entonces el Sumo Sacerdote se levantó; pasó adelante y preguntó a Jesús: «¿No tienes nada que responder? ¿Qué es este asunto de que te acusan?» (Evangelio según San Marcos 14, 60)

  • Jesús se inclinó hacia ella, dió una orden a la fiebre y ésta desapareció. Ella se levantó al instante y se puso a atenderlos. (Evangelio según San Lucas 4, 39)

  • Y al instante el hombre se levantó a la vista de todos, tomó la camilla en que estaba tendido y se fue a su casa dando gloria a Dios. (Evangelio según San Lucas 5, 25)

  • Leví se levantó; lo dejó todo y empezó a seguirlo. (Evangelio según San Lucas 5, 28)

  • Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio.» El se levantó y permaneció de pie. (Evangelio según San Lucas 6, 8)

  • El, entonces, levantó los ojos hacia sus discípulos y les dijo: (Evangelio según San Lucas 6, 20)

  • Se acercaron a él y lo despertaron: «Maestro, Maestro, ¡estamos perdidos!» Jesús se levantó y amenazó al viento y a las olas encrespadas; se tranquilizaron y todo quedó en calma. (Evangelio según San Lucas 8, 24)

  • Le volvió su espíritu; al instante se levantó y Jesús insistió en que le dieran de comer. (Evangelio según San Lucas 8, 55)

  • Jesús entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente. (Evangelio según San Lucas 9, 16)

  • Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?» (Evangelio según San Lucas 10, 25)

  • Mientras Jesús estaba hablando, una mujer levantó la voz de entre la multitud y le dijo: «¡Feliz la que te dio a luz y te crió!» (Evangelio según San Lucas 11, 27)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina