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  • Dicho esto tomó pan, dio gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer. (Hecho de los Apóstoles 27, 35)

  • Dejemos, pues, de juzgarnos los unos a los otros. Examinémonos, más bien, no sea que pongamos delante de nuestro hermano algo que lo haga tropezar. (Carta a los Romanos 14, 13)

  • Tal vez les parecerá que de nuevo tratamos de justificarnos ante ustedes. Pero no; hablamos en Cristo y delante de Dios, y todo esto, amados, es por ustedes, para su provecho espiritual. (2º Carta a los Corintios 12, 19)

  • Cuando advertí que no andaban derecho según la verdad del Evangelio, le dije a Cefas delante de todos: «Si tú, que has nacido judío, te has pasado del modo de vivir de los judíos al de los otros pueblos, ¿por qué ahora impones a esos pueblos el modo de vivir de los judíos? (Carta a los Gálatas 2, 14)

  • Que él los fortalezca interiormente para que sean santos e irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día que venga Jesús, nuestro Señor, con todos sus santos. (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 13)

  • Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús, juez de vivos y muertos, que ha de venir y reinar, y te digo: (2º Carta a Timoteo 4, 1)

  • El vencedor vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del libro de la vida, sino que proclamaré su nombre delante de mi Padre y de sus ángeles. (Apocalipsis 3, 5)

  • Una pileta transparente como cristal se extiende delante del trono. Cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás, ocupan el espacio entre el trono y lo que hay a su alrededor. (Apocalipsis 4, 6)

  • los veinticuatro ancianos se arrodillan ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas delante del trono diciendo: (Apocalipsis 4, 10)

  • Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos, (Apocalipsis 7, 9)

  • Y vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios; se les entregaron siete trompetas. (Apocalipsis 8, 2)

  • Otro ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono. (Apocalipsis 8, 3)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina