pronađen 6092 Rezultati za: del

  • Uno de los cuatro Vivientes entregó a los siete ángeles siete copas de oro llenas del furor de Dios, que vive por siglos sin fin. (Apocalipsis 15, 7)

  • Y Oí una voz potente que desde el Santuario gritaba a los siete ángeles: «Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del furor de Dios.» (Apocalipsis 16, 1)

  • Entonces oí otro grito que venía del altar: «Sí, Señor y Dios, Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.» (Apocalipsis 16, 7)

  • Y vi que de la boca del dragón, de la bestia y del falso profeta salían tres espíritus inmundos que tenían aspecto de ranas. (Apocalipsis 16, 13)

  • Estos son espíritus diabólicos que pueden hacer milagros, y se dirigen a los reyes del mundo entero para convocarlos para la batalla del gran día de Dios, el Todopoderoso. (Apocalipsis 16, 14)

  • El séptimo ángel vació su copa en el aire. Entonces salió una voz del trono que se escuchó fuera del Santuario, y decía: «Está hecho.» (Apocalipsis 16, 17)

  • La Gran Ciudad se abrió en tres partes y las ciudades de las naciones se desplomaron. Acababan de acordarse ante Dios de la Gran Babilonia y le iban a pasar la copa del vino puro de su ira. (Apocalipsis 16, 19)

  • Enormes granizos como de un quintal cayeron del cielo sobre la gente, y los hombres insultaron a Dios por la desastrosa granizada, pues fue una plaga tremenda. (Apocalipsis 16, 21)

  • En su frente se podía leer su nombre, escrito en forma cifrada: Babilonia la Grande, la madre de las prostitutas y de los abominables ídolos del mundo entero. (Apocalipsis 17, 5)

  • La bestia que has visto era, pero ya no es. Sube del abismo, pero camina hacia su perdición. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue escrito en el libro de la vida desde la creación del mundo, se asombrarán al descubrir que la bestia era, pero ya no es y pasa pronto. (Apocalipsis 17, 8)

  • Esa mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que reina sobre los reyes del mundo entero.» (Apocalipsis 17, 18)

  • Después de esto vi bajar del cielo a otro ángel. Era tan grande su poder, que toda la tierra quedó iluminada por su resplandor. (Apocalipsis 18, 1)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina