pronađen 438 Rezultati za: comida en el desierto
En seguida el Espíritu lo empujó al desierto. (Evangelio según San Marcos 1, 12)
Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado por Satanás. Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían. (Evangelio según San Marcos 1, 13)
Esta gente se fijó en que algunos de los discípulos de Jesús tomaban su comida con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado antes. (Evangelio según San Marcos 7, 2)
Sus discípulos le contestaron: «¿De dónde podemos sacar, en este lugar desierto, el pan que necesitan?» (Evangelio según San Marcos 8, 4)
Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomen; esto es mi cuerpo.» (Evangelio según San Marcos 14, 22)
Anás y Caifás eran los jefes de los sacerdotes. En este tiempo la palabra de Dios le fue dirigida a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. (Evangelio según San Lucas 3, 2)
Esto ya estaba escrito en el libro del profeta Isaías: Oigan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos. (Evangelio según San Lucas 3, 4)
Jesús volvió de las orillas del Jordán lleno del Espíritu Santo y se dejó guiar por el Espíritu a través del desierto, (Evangelio según San Lucas 4, 1)
Los mensajeros se fueron, y Jesús empezó a hablar de Juan a la gente: «Cuando ustedes salieron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? (Evangelio según San Lucas 7, 24)
¿Qué iban a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Pero los que visten ropas finas y tienen comida regia están en palacios. (Evangelio según San Lucas 7, 25)
Es que Jesús ordenaba al espíritu malo que saliera de aquel hombre. En muchas ocasiones el espíritu se había apoderado de él y lo había llevado al desierto. En esos momentos, por más que lo ataran con cadenas y grillos para somerterlo, rompía las ataduras. (Evangelio según San Lucas 8, 29)
El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo.» (Evangelio según San Lucas 9, 12)