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Me refiero al día en que ustedes estuvieron en presencia de Yavé en el monte Horeb y él me dijo: Reúneme al pueblo para que oiga mis palabras. Así me temerán mientras vivan en esa tierra y enseñarán estas palabras a sus hijos . (Deuteronomio 4, 10)
Comerás panes ázimos durante seis días; el día séptimo celebrarás una reunión solemne en honor a Yavé y no trabajarás. (Deuteronomio 16, 8)
Entonces Yavé, tu Dios, hará que vuelvan los cautivos de tu pueblo, tendrá piedad de ti y te reunirá de nuevo de en medio de todos los pueblos donde Yavé te haya dispersado. (Deuteronomio 30, 3)
Reúne al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que vive en tus ciudades, para que escuchen, aprendan a temer a Yavé y cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta Ley. (Deuteronomio 31, 12)
Reúnan junto a mí a todos los ancianos y los oficiales de todas las tribus, que voy a pronunciar en sus oídos estas palabras, y pediré al cielo y la tierra que sean testigos contra ellos. (Deuteronomio 31, 28)
y te reunirás con tus padres, igual que tu hermano Aarón, que murió en el cerro de Hor y fue a reunirse con los suyos. (Deuteronomio 32, 50)
Israel tenía un rey cuando estaban reunidos los jefes y las tribus de Israel eran unidas. (Deuteronomio 33, 5)
cuando entremos en este país, tú colgarás esta cinta roja como señal en la ventana por donde hemos huido. Reúne en tu casa a tu padre, madre, hermanos y a todos tus parientes. (Josué 2, 18)
Entonces Josué reunió a los gabaonitas y les dijo, según lo decidido por los jefes:«¿Por qué han mentido y nos han dicho que vienen de muy lejos cuando viven en medio de nosotros? (Josué 9, 22)
Josué reunió a todo Israel y dijo a los capitanes de las tropas: «Acérquense y pongan sus pies sobre el cuello de esos reyes.» Se acercaron, pues, y pusieron sus pies sobre el cuello de los reyes. (Josué 10, 24)
Al saber esto, toda la asamblea de los israelitas se reunieron en Silo para combatirlos. (Josué 22, 12)
Josué, muy anciano y cargado de años, reunió a todo Israel, a sus ancianos, jefes, secretarios y jueces para decirles: Estoy ya muy viejo. (Josué 23, 2)