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  • De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio. (Salmos 99, 7)

  • desplegó una nube como un velo, y un fuego para alumbrarlos de noche. (Salmos 105, 39)

  • Entonces el Señor mostrará de nuevo estos objetos y su Gloria se manifestará con la nube, igual que se manifestó en tiempos de Moisés y cuando Salomón pidió a Dios que viniera a consagrar su casa.» (2 Macabeos 2, 8)

  • Viento y nube sin lluvia, así es el jactancioso con sus promesas ilusorias. (Proverbios 25, 14)

  • Con el tiempo se olvidarán de nuestro nombre, nadie más pensará en lo que hicimos; nuestra vida pasa como la sombra de una nube, se desvanece como niebla a los rayos del sol. (Sabiduría 2, 4)

  • Se vio a una nube que cubría el campamento con su sombra y que aparecía la tierra seca en medio del agua; se abrió en el Mar Rojo un paso seguro, una verde llanura reemplazó a las olas impetuosas, (Sabiduría 19, 7)

  • Mi morada está en lo más alto del cielo, mi trono en la columna de nube. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 4)

  • Pero acude una nube y cura todos esos males: después de la canícula, el rocío devuelve la alegría. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 22)

  • Le permitió que oyera su voz y lo introdujo en la nube oscura. Le habló cara a cara y le dio los mandamientos, esa ley revelada, ley de vida, para que enseñara la Alianza a Jacob, y sus decretos a Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 5)

  • Entonces habrá sobre el cerro Sión y sobre su Asamblea santa, una nube de día y como resplandor de fuego llameante por la noche. La Gloria de Yavé se extenderá por encima como un toldo (Isaías 4, 4)

  • Porque así me ha hablado Yavé: Me quedo mirando y sin moverme ahí donde estoy, así como pesa el calor cuando hay mucho sol, o como se detiene una nube blanca en un día de siega. (Isaías 18, 4)

  • Yavé se ha montado a una rápida nube, y llega a Egipto. Los ídolos de Egipto tiemblan al verle y a los egipcios les falla el corazón. (Isaías 19, 1)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina