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  • De los levitas: Semaías, hijo de Jasub, hijo de Azricam, hijo de Jazabías, de los hijos de Merarí, (1 Crónicas 9, 14)

  • porque los cuatro jefes de los porteros eran permanentes; algunos levitas estaban al cuidado de las cámaras y de los tesoros de la Casa de Dios. (1 Crónicas 9, 26)

  • Matatías, uno de los levitas, primogénito de Salum el coreíta, estaba al cuidado constante de las cosas que se freían en sartén. (1 Crónicas 9, 31)

  • Ellos eran también cantores, cabezas de familia de los levitas y moraban aparte en las habitaciones de la Casa, pues se ocupaban de día y de noche en su ministerio. (1 Crónicas 9, 33)

  • Estos son, según sus genealogías, los cabezas de familia de los levitas, jefes de sus linajes que habitaban en Jerusalén. (1 Crónicas 9, 34)

  • Luego dijo a toda la asamblea de Israel: «Si les parece bien y la cosa conviene a Yavé, nuestro Dios, vamos a mandar un mensaje a nuestros hermanos que han quedado en todas las regiones de Israel y, además, a los sacerdotes y levitas en sus ciudades y aldeas, para que se reúnan con nosotros; (1 Crónicas 13, 2)

  • Entonces dijo David: «Solamente los levitas llevarán el Arca, pues a ellos los escogió Yavé para llevarla y servirle a él para siempre.» (1 Crónicas 15, 2)

  • David reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas. (1 Crónicas 15, 4)

  • También llamó David a los sacerdotes Sadoq y Abiatar y a los levitas Uriel, Asaías, Semanias, Eliel y Aminadab (1 Crónicas 15, 11)

  • y les dijo: «Ustedes son los cabezas de familia de los levitas. Santifíquense ustedes y sus hermanos, para subir el Arca de Yavé, el Dios de Israel, al lugar que para ella tengo preparado; (1 Crónicas 15, 12)

  • Se santificaron, pues, los sacerdotes y levitas, para subir el Arca de Yavé, Dios de Israel. (1 Crónicas 15, 14)

  • Luego los levitas trasladaron a hombros el Arca de Yavé, como lo había ordenado Moisés, según la palabra de Yavé, llevando las varas sobre los hombros. (1 Crónicas 15, 15)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina