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  • Al octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas, para su purificación delante de Yavé. (Levítico 14, 23)

  • Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones y se presentará ante Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas para entregarlos al sacerdote. (Levítico 15, 14)

  • Al octavo día tomará para sí dos tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas. (Levítico 15, 29)

  • Luego tomará los dos machos cabríos y los presentará ante Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas. (Levítico 16, 7)

  • y no lo lleve a la entrada de la Tienda de las Citas para presentarlo como ofrenda a Yavé ante su Morada, será considerado como reo de sangre. Y por haber derramado sangre, será borrado de su pueblo. (Levítico 17, 4)

  • Los hijos de Israel no sacrificarán más sus víctimas en el campo, sino que las traerán al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas. Allí las ofrecerán a Yavé como sacrificios de comunión. (Levítico 17, 5)

  • El sacerdote derramará la sangre sobre el altar de Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas y quemará las grasas como calmante olor para Yavé. (Levítico 17, 6)

  • y no lo lleva a la entrada de la Tienda de las Citas para ofrecerlo a Yavé, ése será borrado de entre los suyos. (Levítico 17, 9)

  • El ofrecerá su sacrificio de reparación para Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas; será un carnero de reparación. (Levítico 19, 21)

  • Los hijos de Guersón estaban encargados de la tienda, de su toldo y de la cortina de entrada a la Tienda de las Citas, (Números 3, 25)

  • del cortinaje del atrio y de la cortina de entrada al atrio que rodea la Morada, del altar y de las cuerdas necesarias para todo su servicio. (Números 3, 26)

  • llevarán las cortinas de la Morada y de la Tienda de las Citas, el toldo y la capa de cuero fino que la cubre por encima y la cortina de la entrada de la Tienda de las Citas, (Números 4, 25)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina