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  • El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo, (Evangelio según San Juan 3, 31)

  • Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.» (Evangelio según San Juan 6, 31)

  • Jesús contestó: «En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. (Evangelio según San Juan 6, 32)

  • El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo.» (Evangelio según San Juan 6, 33)

  • porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. (Evangelio según San Juan 6, 38)

  • Los judíos murmuraban porque Jesús había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» (Evangelio según San Juan 6, 41)

  • Y decían: «Conocemos a su padre y a su madre, ¿no es cierto? El no es sino Jesús, el hijo de José. ¿Cómo puede decir que ha bajado del cielo?» (Evangelio según San Juan 6, 42)

  • aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran. (Evangelio según San Juan 6, 50)

  • Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.» (Evangelio según San Juan 6, 51)

  • Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre. (Evangelio según San Juan 6, 58)

  • Y quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: «Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. (Evangelio según San Juan 11, 41)

  • Padre, ¡da gloria a tu Nombre!» Entonces se oyó una voz que venía del cielo: «Lo he glorificado y lo volveré a glorificar.» (Evangelio según San Juan 12, 28)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina