Sirácides (Eclesiástico), 31
7. El oro bota al suelo a los que lo hacen su dios; los que no piensan en eso se dejan conquistar por él.
7. El oro bota al suelo a los que lo hacen su dios; los que no piensan en eso se dejan conquistar por él.
“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina