12. Luego me levanté de noche, acompañado de unos pocos hombres, sin decir a nadie lo que yo pensaba hacer en Jerusalén, según mi Dios me lo había inspirado. Llevando únicamente el caballo en que iba montado, salí de noche por la Puerta del Basural.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina