8. al provocarme con las cosas que hacen sus manos o quemando incienso a dioses extranjeros en este suelo de Egipto a donde se han venido a instalar. Así cooperan ustedes mismos a su propia ruina y hacen que todo el mundo los maldiga y se ría de ustedes.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina