6. Entonces se apoderaron de Jeremías y lo echaron al pozo de Melquías, hijo del rey, situado en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En el pozo no había agua, sino puro fango, y Jeremías se hundió en el fango.





“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina