4. Y aquellos jefes dijeron al rey: «Este hombre debe morir, porque sus discursos desalientan a los combatientes que quedan en esta ciudad y aun a todo el pueblo. Es evidente que este hombre no busca nuestro bien, sino que trata de perdernos.»





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina