13. Tus joyas eran de oro y plata, tus vestidos de lino fino, hechos con telas preciosas todas bordadas. Te alimentabas de harina fina, de miel y de aceite, y quedaste magnífica: un día fuiste la reina.





“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina