42. Judas y sus hermanos vieron que se agravaba la situación y que las tropas acampaban en su territorio. Cuando supieron la orden dada por el rey de destruir y aplastar al pueblo,





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina