10. Pasaron la primera y segunda guardia, y llegaron a la puerta de hierro que da a la ciudad, la cual se les abrió por sí sola. Salieron y avanzaron por una calle; y de repente el ángel lo dejó.





“Quando fizer o bem, esqueça. Se fizer o mal, pense no que fez e se arrependa.” São Padre Pio de Pietrelcina