8. Los cuatro animales tenían cada uno seis alas, y alrededor y en el interior estaban llenos de ojos. Y repetían sin cesar día y noche: Santo, santo, santo es el Señor, el todopoderoso, el que era, el que es, el que viene.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina