16. Pero el Ángel del Señor le respondió: "Aunque me obligues a quedarme, no probaré tu comida. Si quieres hacer un holocausto, ofrécelo al Señor". Manóaj no se había dado cuenta de que aquel hombre era el Ángel del Señor.





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina