II Macabeos, 15
27. Ellos luchaban con sus manos, y con el corazón oraban a Dios. Así abatieron a no menos de treinta y cinco mil hombres, y se regocijaron por la visible intervención de Dios.
27. Ellos luchaban con sus manos, y con el corazón oraban a Dios. Así abatieron a no menos de treinta y cinco mil hombres, y se regocijaron por la visible intervención de Dios.
“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina