Ester, 11
6. De pronto avanzaron dos enormes dragones, ambos dispuestos a luchar, y lanzaron un gran rugido.
6. De pronto avanzaron dos enormes dragones, ambos dispuestos a luchar, y lanzaron un gran rugido.
“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina