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Y tú no temas, siervo mío Jacob; ni tiembles, Israel. Mira, yo te libraré de tierras lejanas, y a tu descendencia de su país de exilio. Jacob volverá a vivir en paz y en seguridad, sin que nadie lo inquiete. (Jeremías 46, 27)
No, no temas, siervo mío Jacob -dice el Señor-, porque yo estoy contigo. Aniquilaré a todas las naciones donde te he dispersado; pero a ti no te exterminaré, aunque te castigaré como mereces y no te dejaré pasar nada. (Jeremías 46, 28)
Por esto se nos han pegado las calamidades y la maldición que el Señor comunicó a su siervo Moisés, cuando sacó a nuestros padres de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel; éste es nuestro caso presente. (Baruc 1, 20)
como habías hablado por medio de tu siervo Moisés, el día en que le ordenaste escribir tu ley en presencia de los israelitas, diciendo: (Baruc 2, 28)
Él descubrió los caminos de la sabiduría y se los enseñó a Jacob, su siervo, a Israel, su preferido. (Baruc 3, 37)
Esto dice el Señor Dios: "Cuando yo recoja a la casa de Israel de entre las naciones donde estaba dispersa, manifestaré en ellos mi santidad a los ojos de las gentes y habitarán la tierra que un día regalé a mi siervo Jacob. (Ezequiel 28, 25)
Yo les suscitaré un pastor que las apaciente, mi siervo David. Él las conducirá al pasto y será su pastor. (Ezequiel 34, 23)
Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos: Yo, el Señor, he hablado. (Ezequiel 34, 24)
Reinará sobre ellos mi siervo David. Todos ellos tendrán un solo pastor y caminarán por la senda de mis mandamientos, guardando mis leyes y poniéndolas en práctica. (Ezequiel 37, 24)
Habitarán la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos siempre. David, mi siervo, será su príncipe eternamente. (Ezequiel 37, 25)
No nos retires tu misericordia, por amor de Abrahán, tu amigo; de Isaac, tu siervo, y de Israel, tu santo, (Daniel 3, 35)
Al llegar junto a él, llamó a Daniel con voz angustiada, gritando: "Daniel, siervo del Dios vivo; tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, ¿ha logrado librarte de los leones?". (Daniel 6, 21)