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  • Los peces del río morirán, el río apestará y los egipcios no podrán beber más su agua". (Exodo 7, 18)

  • El Faraón llamó a Moisés y le dijo: "Id a servir al Señor: dejad aquí vuestras ovejas y vuestras vacas; también vuestros niños podrán ir con vosotros". (Exodo 10, 24)

  • El huésped y el mercenario no podrán comerla. (Exodo 12, 45)

  • Pero nadie le pondrá la mano encima: será matado a pedradas o a flechazos. Hombre o animal, no quedará con vida. Sólo cuando suene el cuerno podrán subir al monte". (Exodo 19, 13)

  • Éstos pueden ser presentados al Señor como ofrenda de primicias, pero nunca podrán subir al altar como perfume agradable al Señor. (Levítico 2, 12)

  • Todos los varones entre los hijos de Aarón lo podrán comer: es ley perpetua para vuestras generaciones. Todo el que lo toque quedará consagrado". (Levítico 6, 11)

  • Sólo podrán comerla los sacerdotes: es cosa santísima. (Levítico 6, 22)

  • Todos los sacerdotes podrán comer de él, pero en lugar sagrado, pues es cosa santísima". (Levítico 7, 6)

  • "Si la víctima es ofrecida en cumplimiento de un voto o como ofrenda voluntaria, se comerá también el mismo día; pero las sobras podrán comerse al día siguiente. (Levítico 7, 16)

  • "Cuando nace un becerro, un cordero o un cabrito, estarán siete días con su madre; a partir del día octavo podrán ser aceptados como ofrendas quemadas en honor del Señor. (Levítico 22, 27)

  • "Las tierras no se podrán vender a perpetuidad y sin limitación, porque la tierra es mía y vosotros sois en lo mío extranjeros residentes. (Levítico 25, 23)

  • Igualmente los campos anejos a sus ciudades no podrán ser vendidos, porque son propiedad suya a perpetuidad. (Levítico 25, 34)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina