Trouvé 1608 Résultats pour: guerra contra los santos

  • no te engrías contra las ramas; y si te engríes, piensa que tú no sustentas la raíz, sino la raíz a ti. (Romanos 11, 18)

  • Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza era olivo silvestre, y contra la propia naturaleza fuiste injertado en el olivo bueno, ¡cuánto más ellos, las ramas naturales, serán injertadas en el propio olivo! (Romanos 11, 24)

  • Tú, la creencia que tienes, guárdala para ti y para Dios. Dichoso el que toma una decisión y no obra contra su conciencia. (Romanos 14, 22)

  • Hermanos, os ruego que no perdáis de vista a los que causan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido, y apartaos de ellos; (Romanos 16, 17)

  • De este modo pecáis contra los hermanos, al hacer daño a su conciencia aún no formada, y contra el mismo Cristo. (I Corintios 8, 12)

  • ¿Cuándo se ha visto que un militar haga la guerra a sus expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿Quién apacienta un rebaño y no toma leche del rebaño? (I Corintios 9, 7)

  • No protestéis contra Dios como algunos de ellos lo hicieron, y acabaron en manos del exterminador. (I Corintios 10, 10)

  • Incluso seríamos falsos testigos de Dios, pues contra Dios testificamos que ha resucitado a Cristo, mientras que no lo ha resucitado si los muertos no resucitan. (I Corintios 15, 15)

  • pues se me ha abierto una puerta grande y prometedora para mi trabajo, aunque tengo muchos en contra. (I Corintios 16, 9)

  • Os ruego que no me obliguéis cuando esté con vosotros a dar pruebas de esta valentía, de la que estoy dispuesto a usar contra los que piensan que procedo por motivos puramente humanos; (II Corintios 10, 2)

  • y toda altanería que se levante contra el conocimiento de Dios, de someter todo entendimiento a la voluntad de Cristo, (II Corintios 10, 5)

  • Porque no tengo ningún poder contra la verdad; sólo lo tengo a favor de ella. (II Corintios 13, 8)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina