Trouvé 55 Résultats pour: efecto
Pero el Señor, Dios de Israel, me eligió entre toda la casa de mi padre para rey eterno de Israel. En efecto, eligió a Judá para caudillo, de Judá eligió a la casa de mi padre, y entre los hijos de mi padre se fijó en mí para hacerme reinar sobre Israel. (I Crónicas 28, 4)
Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de madera levantada al efecto; y junto a él estaban, a su derecha, Matitías, Semá, Ananías, Urías, Jelcías y Maasías; y a su izquierda, Pedayas, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. (Nehemías 8, 4)
y le dijo: "Si al rey le parece bien, si quiere agradarme, si mi petición le parece oportuna, si he merecido yo su afecto, deje sin efecto las cartas que Amán, el hijo de Hamdatá, el de Agag, escribió para exterminar a los judíos de todas las provincias del reino. (Ester 8, 5)
nos ha informado que, disperso entre todas las naciones de la tierra, existe un pueblo odioso por sus leyes, de costumbres contrarias a las de los demás pueblos y que siempre desprecia las órdenes del rey, impidiendo así que produzcan efecto las disposiciones de gobierno que de mí emanan. (Ester 13, 4)
Esto causó indignación y mal efecto no sólo entre los judíos, sino también en otras naciones, por la muerte inicua y arbitraria de Onías. (II Macabeos 4, 35)
El Macabeo accedió, mirando por el bien común, a las ofertas de Lisias. Y, en efecto, el rey concedió todo lo que el Macabeo exigió a Lisias por escrito. (II Macabeos 11, 15)
Pero el malvado preguntó si, en efecto, había en el cielo un poderoso que hubiera ordenado santificar el día del sábado. (II Macabeos 15, 3)
Como un pájaro que escapa y una golondrina que vuela, así la maldición sin motivo no tiene efecto. (Proverbios 26, 2)
Quién, en efecto, puede comer, o quién puede beber sin él? (Eclesiastés 2, 25)
Guardaos, pues, de las murmuraciones vanas, preservad vuestra lengua de maledicencias, porque el dicho más secreto no deja de surtir efecto, y una boca mentirosa da muerte al alma. (Sabiduría 1, 11)
En efecto, estando celebrando todavía sus duelos funerarios y lamentándose sobre las tumbas de los muertos, ya concibieron otra idea absurda y se pusieron a perseguir como a fugitivos a los que habían suplicado que se fuesen. (Sabiduría 19, 3)
Desde antiguo has quebrado tu yugo, has roto tus coyundas y has dicho: "No quiero servir". En efecto, sobre toda colina elevada, bajo todo árbol verde te has tumbado como una prostituta. (Jeremías 2, 20)
