Trouvé 504 Résultats pour: Muerte de Agag

  • Salomón buscó entonces a Jeroboán para darle muerte, pero Jeroboán escapó, huyendo a Egipto, junto a Sosac, rey de Egipto, y allí estuvo hasta la muerte de Salomón. (I Reyes 11, 40)

  • Jeroboán reinó veintidós años. A su muerte le sucedió en el trono su hijo Nadab. (I Reyes 14, 20)

  • oyó decir: "Zimrí ha tramado una conspiración y hasta ha dado muerte al rey". Aquel mismo día, en el campo de batalla, Israel entero proclamó rey sobre todo Israel a Omrí, general del ejército. (I Reyes 16, 16)

  • Entonces ella dijo a Elías: "¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has entrado en mi casa para recordar mis pecados y dar muerte a mi hijo?". (I Reyes 17, 18)

  • Él se internó en el desierto una jornada de camino y fue a sentarse bajo una retama, deseándose la muerte y diciendo: "¡Ya basta, oh Señor! Quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres". (I Reyes 19, 4)

  • Después de la muerte de Ajab, Moab se rebeló contra Israel. (II Reyes 1, 1)

  • Y fue al manantial del agua, y echó allí la sal, diciendo: "Esto dice el Señor: Yo saneo estas aguas; no se originará de ellas en adelante muerte ni esterilidad". (II Reyes 2, 21)

  • Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las vestiduras y exclamó: "¿Es que soy yo un dios para dar la muerte y la vida, que este me manda a un hombre para que lo cure de la lepra? Fijaos bien, y veréis que anda buscando pretextos contra mí". (II Reyes 5, 7)

  • Cuatro leprosos estaban en la puerta de la ciudad, y se dijeron mutuamente: "¿Qué hacemos aquí esperando la muerte? (II Reyes 7, 3)

  • Y al día siguiente por la mañana salió y dijo a todo el pueblo: "Vosotros sois inocentes. Mirad, yo conspiré contra mi señor y le di muerte; pero a todos éstos, ¿quién los ha matado? (II Reyes 10, 9)

  • Jehú dio muerte también a todos los restantes de la casa de Ajab que había en Yezrael, a todos sus magnates, allegados y sacerdotes, hasta no dejar un superviviente. (II Reyes 10, 11)

  • Llegó a Samaría y dio muerte a cuantos quedaban allí de la casa de Ajab, hasta que los exterminó, como el Señor había dicho a Elías. (II Reyes 10, 17)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina