Trouvé 190 Résultats pour: Consagración del Templo

  • y asimismo una carta para Asaf, el encargado de los parques reales, para que me proporcione madera de construcción para las puertas de la ciudadela del Templo, la muralla de la ciudad y la casa en que yo me he de instalar.» El rey me lo concedió, pues la mano bondadosa de mi Dios estaba conmigo. (Nehemías 2, 8)

  • Siendo yo joven todavía y estando en mi país, en la tierra de Israel, toda la tribu de mi padre Neftalí se apartó de la casa de David y de Jerusalén, la ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer allí sacrificios y en la que había sido edificado y consagrado, para todas las generaciones venideras, el Templo de la Morada del Altísimo. (Tobías 1, 4)

  • y tuvieron gran miedo ante él, temblando por la suerte de Jerusalén y por el Templo del Señor su Dios, (Judit 4, 2)

  • pues hacía poco que habían vuelto del destierro y apenas si acababa de reunirse el pueblo de Judea y de ser consagrados el mobiliario, el altar y el Templo profanados. (Judit 4, 3)

  • Todos los hombres, mujeres y niños de Israel que habitaban en Jerusalén se postraron ante el Templo, cubrieron de ceniza sus cabezas y extendieron las manos ante el Señor. (Judit 4, 11)

  • Pero cuando se apartaron del camino que les había impuesto, fueron duramente aniquilados por múltiples guerras, y deportados a tierra extraña; el Templo de su Dios fue arrasado y sus ciudades cayeron en poder de sus adversarios. (Judit 5, 18)

  • Ahora, pues, hermanos, mostremos a nuestros hermanos que su vida depende de nosotros y que sobre nosotros se apoyan las cosas sagradas, el Templo y el altar. (Judit 8, 24)

  • Mas yo, por la abundancia de tu amor, entro en tu Casa; en tu santo Templo me prosterno, lleno de tu temor. (Salmos 5, 8)

  • Yahveh en su Templo santo, Yahveh, su trono está en los cielos; ven sus ojos el mundo, sus párpados exploran a los hijos de Adán. (Salmos 11, 4)

  • Clamé a Yahveh en mi angustia, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos. (Salmos 18, 7)

  • Una cosa he pedido a Yahveh, una cosa estoy buscando: morar en la Casa de Yahveh, todos los días de mi vida, para gustar la dulzura de Yahveh y cuidar de su Templo. (Salmos 27, 4)

  • Voz de Yahveh, que estremece las encinas, y las selvas descuaja, mientras todo en su Templo dice: ¡Gloria! (Salmos 29, 9)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina