Trouvé 2005 Résultats pour: ángel del Señor

  • Clamamos entonces a Yahveh, y escuchó nuestra voz: envió un angel, y nos sacó de Egipto. Ahora estamos en Cadés, ciudad fronteriza de tu territorio. (Números 20, 16)

  • Cuando iba, se encendió la ira de Yahveh y el Angel de Yahveh se puso en el camino para estorbarle. El montaba la burra y sus dos muchachos iban con él. (Números 22, 22)

  • La burra vio al Angel de Yahveh plantado en el camino, la espada desenvainada en la mano. La burra se apartó del camino y se fue a campo traviesa. Balaam pegó a la burra para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)

  • Pero el Angel de Yahveh se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra a otro. (Números 22, 24)

  • Al ver la burra al Angel de Yahveh, se arrimó a la pared y raspó el pie de Balaam contra la pared. El le pegó otra vez. (Números 22, 25)

  • Volvió el Angel de Yahveh a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. (Números 22, 26)

  • Vio la burra al Angel de Yahveh y se echó con Balaam encima. Balaam se enfureció y pegó a la burra con un palo. (Números 22, 27)

  • Entonces abrió Yahveh los ojos de Balaam, que vio al Angel de Yahveh, de pie en el camino, la espada desenvainada en la mano; y se inclinó y postró rostro en tierra. (Números 22, 31)

  • El Angel de Yahveh le dijo; «¿Por qué has pegado a tu burra con ésta ya tres veces? He sido yo el que he salido a cerrarte el paso, porque delante de mí se tuerce el camino. (Números 22, 32)

  • Dijo entonces Balaam al Angel de Yahveh: «He pecado, pues no sabía que tú te habías puesto en mi camino. Pero ahora mismo, si esto te parece mal, me vuelvo.» (Números 22, 34)

  • Respondió el Angel de Yahveh a Balaam: «Vete con esos hombres, pero no dirás nada más que lo que yo te diga.» Balaam marchó con los jefes de Balaq. (Números 22, 35)

  • Dijeron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés: «Tus siervos harán como mi Señor manda. (Números 32, 25)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina