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Saúl se enfureció contra Jonatán y le dijo: "¡Hijo de una mala mujer! ¿Acaso yo no sé que tú estás de parte del hijo de Jesé, para vergüenza tuya y deshonra de tu madre? (I Samuel 20, 30)
Después que sucedió esto, Jeroboám no se convirtió de su mala conducta. Volvió a instituir como sacerdotes de los lugares altos a personas tomadas del común de la gente; todo el que lo deseaba era investido por él y se convertía en sacerdote de los lugares altos. (I Reyes 13, 33)
El Señor dijo a Jehú: "Porque tú has obrado bien, haciendo lo que es recto a mis ojos, y has tratado a la casa de Ajab exactamente como yo quería, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación". (II Reyes 10, 30)
Esta era la palabra que el Señor había dicho a Jehú: "Tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación". Y así fue. (II Reyes 15, 12)
El Señor había advertido solemnemente a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes, diciendo: "Vuelvan de su mala conducta y observen mis mandamientos y mis preceptos, conforme a toda la Ley que prescribí a sus padres y que transmití por medio de mis servidores los profetas". (II Reyes 17, 13)
volví a Jerusalén y me enteré de la mala acción que había cometido Eliasib en beneficio de Tobías, al acondicionarle una sala en el recinto de la Casa de Dios. (Nehemías 13, 7)
como a todos los que practican la justicia. Da limosna de tus bienes y no lo hagas de mala gana. No apartes tu rostro del pobre y el Señor no apartará su rostro de ti. (Tobías 4, 7)
Comparte tu pan con los que tienen hambre y tus vestidos con los que están desnudos. Da limosna de todo lo que te sobra y no lo hagas de mala gana. (Tobías 4, 16)
Judit les respondió: "Escúchenme, porque voy a hacer algo que se transmitirá de generación en generación a los hijos de nuestra estirpe. (Judit 8, 32)
Estos días son conmemorados y celebrados de generación en generación, en cada familia, en cada provincia y en cada ciudad. Y estos días de "Purím" nunca dejarán de ser festejados entre los judíos, ni se borrará su recuerdo entre sus descendientes. (Ester 9, 28)
Después de esto, Job vivió todavía ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. (Job 42, 16)
glorificarán su poder. Hablarán del Señor a la generación futura, (Salmos 22, 31)