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  • El Señor estaba con Judá, y este pudo ocupar la Montaña, pero no logró desposeer a los habitantes de la llanura, porque estaban equipados con carros de hierro. (Jueces 1, 19)

  • Además, los amonitas cruzaron el Jordán para atacar también a Judá, a Benjamín y a la casa de Efraím. Israel se encontró así en un grave aprieto. (Jueces 10, 9)

  • Los filisteos subieron a acampar en Judá e hicieron una incursión por Lejí. (Jueces 15, 9)

  • Los hombres de Judá les preguntaron: "¿Por qué han subido contra nosotros?". Ellos les respondieron: "Subimos para llevar atado a Sansón y hacer con él lo que él hizo con nosotros". (Jueces 15, 10)

  • Entonces tres mil hombres de Judá bajaron hasta la cueva de la roca de Etám y dijeron a Sansón: "¿No sabes que los filisteos nos tienen dominados? ¿Qué nos has hecho?". Él les respondió: "Yo los traté como ellos me trataron a mí". (Jueces 15, 11)

  • Había un hombre joven de Belén de Judá, del clan de Judá, que era levita y residía allí como forastero. (Jueces 17, 7)

  • Este hombre había dejado la ciudad de Belén de Judá, tratando de encontrar un sitio donde residir. Llegó a la montaña de Judá y, mientras iba de camino, dio con la casa de Micá. (Jueces 17, 8)

  • Este le preguntó: "¿De dónde vienes?". "Soy un levita de Belén de Judá, le respondió él, y estoy tratando de encontrar un sitio donde residir". (Jueces 17, 9)

  • Ellos subieron a acampar cerca de Quiriat Iearím, en Judá, y por eso aquel lugar, que se encuentra al oeste de Quiriat Iearím, se llama hasta el día de hoy "Campamento de Dan". (Jueces 18, 12)

  • En aquel tiempo, cuando no había rey en Israel, un levita que vivía como forastero en los confines de la montaña de Efraím, tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá. (Jueces 19, 1)

  • Pero su concubina le fue infiel y lo abandonó, yéndose a la casa de su padre en Belén de Judá, donde permaneció unos cuatro meses. (Jueces 19, 2)

  • "Estamos de paso, le respondió él; venimos de Belén de Judá y vamos hasta los confines de la montaña de Efraím, porque yo soy de allí. Fui a Belén de Judá, y ahora estoy de regreso. Pero no hay nadie que me reciba en su casa, (Jueces 19, 18)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina