Trouvé 382 Résultats pour: nuestros

  • Desvíense del camino, no sigan esa ruta, quiten de nuestros ojos al Santo de Israel.» (Isaías 30, 11)

  • Entonces tu corazón recordará sus espantos, y dirás: «¿Dónde está el opresor que pesaba y contaba los impuestos y se llevaba a nuestros hijos?» (Isaías 33, 18)

  • Se retirarán humillados todos los que confían en los ídolos, los que dicen a las estatuas fundidas: «Ustedes son nuestros dioses.» (Isaías 42, 17)

  • Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban. Nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y humillado, (Isaías 53, 4)

  • y eran nuestras faltas por las que era destruido nuestros pecados, por los que era aplastado. El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados. (Isaías 53, 5)

  • Pues a menudo te hemos sido infieles, y nuestras propias faltas nos acusan. En efecto, tenemos siempre presentes nuestros pecados y reconocemos nuestros yerros: (Isaías 59, 12)

  • la rebelión e hipocresía para con Yavé, y la infidelidad a nuestro Dios, nuestras traiciones y revueltas y nuestros pensamientos y juicios injustos. (Isaías 59, 13)

  • ¿Por qué, Yavé, permitiste que nos perdiéramos de tus caminos, que nuestros corazones se pusieran tercos y ya no te temieran? ¡Vuelve, por amor de tus servidores y de tus tribus herederas! (Isaías 63, 17)

  • ¿Por qué los impíos han invadido tu Santuario? ¿por qué ha sido pisoteado por nuestros enemigos? (Isaías 63, 18)

  • Todos nosotros éramos como impuros, y nuestros méritos no valían más que un paño sucio. Somos como las hojas caídas, y nuestros pecados nos arrastran como el viento. (Isaías 64, 5)

  • ¡No te enojes tanto, pues, Yavé, ni estés recordando, a cada momento, nuestros pecados! Míranos, pues todos nosotros formamos tu pueblo. (Isaías 64, 8)

  • Nuestro templo, santo y magnífico, en que te rezaban nuestros abuelos, ha sido consumido por el fuego; todo lo que nos hacía felices está ahora en ruinas. (Isaías 64, 10)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina