Trouvé 238 Résultats pour: nuestra

  • Judit respondió: «Escúchenme. Voy a hacer algo cuyo recuerdo se prolongará entre los hijos de nuestra raza de generación en generación. (Judit 8, 32)

  • Dijo a Bagoas, su mayordomo: «Convence a esa mujer hebrea que está en tu casa que venga a comer y beber en nuestra compañía. (Judit 12, 11)

  • Le dijo, pues: «Bebe y participa de nuestra alegría.» (Judit 12, 17)

  • Este es el momento para que salves a tu pueblo. Da éxito a mis planes para aplastar a los enemigos que se han levantado en contra nuestra.» (Judit 13, 5)

  • Al entrar a su casa, todos la felicitaban con estas palabras: «¡Tú eres la gloria de Jerusalén, el orgullo supremo de Israel, el honor mayor de nuestra raza! (Judit 15, 9)

  • Escucha mi plegaria, mira con bondad a este pueblo y cambia nuestra pena en alegría para que así podamos, ¡oh Señor!, entonar alabanzas a tu Nombre. No dejes que se cierre para siempre la boca de los que ahora te alaban.» (Ester 13, 17)

  • No les ofrezcas tu cetro, Señor, a los que nada son, ni permitas que se rían de nosotros. Que se vuelvan sus proyectos contra ellos y castiga, para que sirva de escarmiento, al que tramó todo esto en contra nuestra. (Ester 14, 11)

  • Así, por ejemplo, Amán, hijo de Hamedata, un macedonio, que no pertenecía a nuestra raza ni tenía nuestros buenos sentimientos, después de haber sido acogido en nuestra casa, (Ester 16, 10)

  • exigiéndonos para ese fin, por medio de engaños y artimañas de toda clase, que decretáramos la muerte de nuestro salvador, Mardoqueo, hombre que siempre se ha portado bien con nosotros; de nuestra compañera la piadosa reina Ester y, en una palabra, de toda su raza. Y, una vez que nosotros quedáramos sin gente, (Ester 16, 13)

  • pensaba apoderarse de nuestra persona y entregar a los macedonios el imperio de los persas. (Ester 16, 14)

  • En el Señor nosotros esperamos, él es nuestra defensa y nuestro escudo; (Salmos 33, 20)

  • Venga, Señor, tu amor sobre nosotros, como en ti pusimos nuestra confianza. (Salmos 33, 22)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina