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Será el más calamitoso de los países, sus ciudades serán las más saqueadas. (Ezequiel 30, 7)
En Tahpanés el día se convertirá en tinieblas cuando rompa el cetro de Egipto y ponga fin a su poder insolente; no saldrá de la neblina y sus ciudades sabrán lo que es la deportación. (Ezequiel 30, 18)
Tus ciudades serán arrasadas, te transformarás en un desierto y sabrás que yo soy Yavé. (Ezequiel 35, 4)
Te arruinaré para siempre y tus ciudades nunca más serán habitadas; entonces sabrás que yo soy Yavé. (Ezequiel 35, 9)
Pues bien, montañas de Israel, escuchen la palabra de Yavé. Esto dice a las montañas y a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas devastadas y a las ciudades abandonadas que se transformaron en presa y entretención para lo que quedaba de sus vecinos: (Ezequiel 36, 4)
Multiplicaré en ustedes a los hombres, a toda la casa de Israel; las ciudades serán nuevamente habitadas y las ruinas reedificadas. (Ezequiel 36, 10)
Esto dice Yavé: El día en que los purifique de sus pecados, haré que se repueblen las ciudades y sean reconstruidas las ruinas. (Ezequiel 36, 33)
Incluso dirán: "Esa tierra que estaba abandonada se ha vuelto el jardín del Edén, las ciudades en ruina, abandonadas, destruidas tienen ahora muros y están pobladas". (Ezequiel 36, 35)
En las ciudades otrora en ruinas, los hombres serán tan numerosos como las ovejas, como el rebaño de animales consagrados, como las ovejas en Jerusalén con ocasión de las grandes asambleas; entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 36, 38)
Te dirás: Voy a subir contra un país sin defensa, atacaré a gente tranquila que vive en paz en ciudades sin fortificaciones, puertas ni cerrojos. (Ezequiel 38, 11)
Entonces los habitantes de las ciudades de Israel saldrán, encenderán dos fogatas y quemarán las armas, los escudos grandes y chicos, el arco y las flechas, el dardo y la lanza, los quemarán por siete años. (Ezequiel 39, 9)
Y a los levitas que se preocupan del servicio de la Casa les darán un territorio de veinticinco mil codos por diez mil: allí estarán las ciudades en donde vivirán. (Ezequiel 45, 5)
