Trouvé 66 Résultats pour: alas

  • El ruido de las alas de los querubines se oía hasta en el patio exterior, pues era tan fuerte que parecía la voz del Dios Todopoderoso cuando habla. (Ezequiel 10, 5)

  • Vi entonces una especie de mano de hombre bajo las alas de los querubines. (Ezequiel 10, 8)

  • Cuando los querubines avanzaban, las ruedas avanzaban con ellos; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse desde la tierra, las ruedas no dejaban de acompañarlos. (Ezequiel 10, 16)

  • Ante mi vista, los querubines abrieron sus alas para elevarse desde la tierra, y salieron acompañados por las ruedas; se detuvieron a la entrada de la puerta oriental del Templo de Yavé, con la Gloria del Dios de Israel que descansaba sobre ellos. (Ezequiel 10, 19)

  • Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y se veían como manos debajo de sus alas. (Ezequiel 10, 21)

  • En ese momento, los querubines desplegaron sus alas y las ruedas se fueron con ellos; la Gloria del Dios de Israel descansaba sobre ellos. (Ezequiel 11, 22)

  • Les dirás: Esta es una palabra de Yavé: El gran águila de amplias alas, de largo plumaje, con sus plumas multicolores, llegó al Líbano: se subió a la copa del cedro. (Ezequiel 17, 3)

  • Pero llegó otra águila, grande, de anchas alas, de tupido plumaje, y la parra dirigió sus raíces y sus ramas hacia ella, esperando encontrar más agua que la que tenía en su tierra. (Ezequiel 17, 7)

  • El primero era como un león con alas de águila. Mientras yo lo miraba, le arrancaron las alas, fue levantado de la tierra, se enderezó sobre las patas como un hombre, y se le dio un corazón de hombre. (Daniel 7, 4)

  • Yo seguí mirando y vi otra bestia como un leopardo con cuatro alas en el lomo; tenía cuatro cabezas y se le dio el poder (Daniel 7, 6)

  • Se lo llevará el viento en sus alas, y no habrán ganado nada con sus sacrificios. (Oseas 4, 18)

  • Vi inmediatamente que aparecían dos mujeres. El viento levantaba sus alas, pues llevaban alas parecidas a las de la cigüeña. Se llevaron volando el cajón. (Zacarías 5, 9)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina