Trouvé 66 Résultats pour: alas

  • Quiero compartir tu tienda para siempre, cobijarme en el repliegue de tus alas. (Salmos 61, 5)

  • pues tú fuiste un refugio para mí y salto de gozo a la sombra de tus alas. (Salmos 63, 8)

  • alas de paloma cubiertas de plata, con sus plumas color de oro. (Salmos 68, 14)

  • te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. (Salmos 91, 4)

  • construyes sobre las aguas tu piso alto. Tú haces tu carro de las nubes y avanzas en alas de los vientos. (Salmos 104, 3)

  • Si le pido las alas a la Aurora para irme a la otra orilla del mar, (Salmos 139, 9)

  • El resto de la caballería iba ordenada a derecha e izquierda en las dos alas del ejército, para hostigar al enemigo y proteger los batallones. (1 Macabeos 6, 38)

  • El ejército salió de su campamento mientras ellos permanecieron en su lugar para enfrentarlo. Los hombres a caballo estaban divididos en dos alas. En primera línea avanzaban los más aguerridos, precedidos por hombres armados de arcos y de hondas, (1 Macabeos 9, 11)

  • Todos estaban esperando el próximo desenlace en el momento en que los enemigos iniciaron el ataque; habían dispuesto su ejército, colocado los elefantes en sitio conveniente, y la caballería en las alas. (2 Macabeos 15, 20)

  • apenas se la ve ya desapareció. Se pone alas e igual que un águila se pierde entre las nubes. (Proverbios 23, 5)

  • No maldigas al rey ni siquiera de pensamiento; ni maldigas al poderoso, ni siquiera en el secreto de tu pieza: un pajarito del cielo podría llevarle el rumor, un par de alas le daría a conocer el asunto. (Eclesiastés (Qohelet) 10, 20)

  • O como el pájaro que atraviesa el espacio y cuyos vestigios de su carrera nadie encuentra, que no deja ninguna señal de su trayecto. Sus plumas rozaron el aire leve, un silbido se produjo al partirlo, batiendo sus alas se abrió camino, pero después, ¿quién encontró alguna huella de su vuelo? (Sabiduría 5, 11)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina