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  • reinará la confusión en tus ciudades y serán demolidas tus fortalezas, como pasó cuando Salmán atacó y destruyó a Betabel, y todo fue aplastado, la madre con sus hijos. (Oseas 10, 14)

  • A su paso se desmoronan las montañas y los valles se hunden como cera ante el fuego o como el agua que se escurre por la pendiente. (Miqueas 1, 4)

  • El que abre camino saldrá delante de ellos, y ellos alargarán el paso; les hará pasar la puerta y por ella saldrán; sí, su rey marchará delante de ellos, Yavé los encabezará. (Miqueas 2, 13)

  • Entonces el resto de Jacob será en medio de numerosos pueblos como león entre los animales de la selva, como cachorro entre los rebaños de corderos, que aplasta cuanto encuentra a su paso, y nadie puede arrebatárl su presa. (Miqueas 5, 7)

  • Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle. (Evangelio según San Mateo 8, 15)

  • En seguida Jesús los dejó y salió de la ciudad en dirección a Betania, donde pasó la noche. (Evangelio según San Mateo 21, 17)

  • Lo mismo pasó con el segundo y el tercero, hasta el séptimo. (Evangelio según San Mateo 22, 26)

  • Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella: (Evangelio según San Mateo 26, 27)

  • Luego, trayéndola en una bandeja, se la entregó a la muchacha y ésta se la pasó a su madre. (Evangelio según San Marcos 6, 28)

  • Saliendo de las tierras de Tiro, Jesús pasó por Sidón y, dando la vuelta al lago de Galilea, llegó al territorio de la Decápolis. (Evangelio según San Marcos 7, 31)

  • Y pasó lo mismo con los siete hermanos. Después de todos ellos murió también la mujer. (Evangelio según San Marcos 12, 22)

  • Entonces el Sumo Sacerdote se levantó; pasó adelante y preguntó a Jesús: «¿No tienes nada que responder? ¿Qué es este asunto de que te acusan?» (Evangelio según San Marcos 14, 60)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina