1. Me puse alegre cuando me dijeron: "¡Vamos a la casa del Señor!"

2. Ahora nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén.

3. Jerusalén, edificada cual ciudad en que todo se funde en la unidad.

4. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, la asamblea de Israel, para alabar el Nombre del Señor.

5. Pues allí están las cortes de justicia, los ministerios de la casa de David.

6. Para Jerusalén pidan la paz: "¡Que vivan tranquilos los que te aman!

7. ¡Que la paz guarde tus muros y haya seguridad en tus palacios!"

8. Por mis hermanos y por mis amigos quiero decir: "¡La paz esté contigo!"

9. Por la casa del Señor nuestro Dios, pido para ti la felicidad.





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina