7. Entonces se pusieron de acuerdo para comprar con aquel dinero el Campo del Alfarero y lo destinaron para cementerio de extranjeros.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina