Salmos, 38
22. Señor, no me abandones; Dios mío, no te quedes lejos;
22. Señor, no me abandones; Dios mío, no te quedes lejos;
El Salmo 38 es una oración de arrepentimiento y súplica para la misericordia, donde el salmista reconoce su culpa y pide la ayuda de Dios en medio del sufrimiento. Los versos seleccionados están relacionados con temas como dolor, aflicción, arrepentimiento y confianza en Dios.
Salmo 6:2: "Hay misericordia para mí, Señor, porque me siento débil; Sarah, Señor, porque mis huesos están sacudidos". Al igual que el salmista en el Salmo 38, el salmista en el Salmo 6 requiere misericordia y cura por su dolor y sufrimiento.
Salmo 25:18: "Mira mi aflicción y mi sufrimiento, y perdona todos mis pecados". Este versículo muestra la humildad del salmista para reconocer su culpa y pedir perdón, un tema también presente en el Salmo 38.
Salmo 51:10: "Se crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva dentro de mí un espíritu inquebrantable". Este versículo es una oración de arrepentimiento y deseo de purificación del corazón, relacionado con el tema del arrepentimiento y la confesión de los pecados presentes en el Salmo 38.
Salmo 116:1-2: "Amo al Señor, porque escucha mi voz y mis súplicas. Porque él me inclina los oídos, así que a lo largo de mi vida lo invocaré". Este versículo muestra la confianza y la fe del salmista en Dios, un tema presente en el Salmo 38 cuando el salmista pide ayuda y liberación del sufrimiento.
Salmo 147:3: "Santa a aquellos con un corazón roto y cuida sus heridas". Este versículo muestra la compasión y el cuidado de Dios por aquellos que sufren, un tema presente en el Salmo 38 donde el salmista exige curación y liberación de su dolor y sufrimiento.
“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina
