7. Los asirios se han crecido con su poder, se han enorgullecido de sus caballos y jinetes, se han jactado de la fortaleza de su infantería, confían en la espada y en la jabalina, en el arco y en la honda, pero no quieren reconocer que tú eres el Señor que decide las guerras.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina