2. "Señor, Dios de mi padre Simeón, en cuyas manos pusiste la espada para castigar a aquellos extranjeros que desnudaron, violaron y deshonraron a una virgen, profanando su seno. Hicieron todo eso, aunque tú habías prohibido hacerlo.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina