16. A causa de esto, estoy llorando, mis ojos se deshacen en llanto, porque está lejos de mí el consolador que podría reanimarme. Mis hijos están desolados, porque triunfa el enemigo.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina